Dentro de los Proyectos de Innovación Educativa (P.I.E.) Mª José Cano Guitarte, profesora de Lengua y Literatura de nuestro centro está coordinando "Microrrelatos curriculares". El proyecto ya está dando sus frutos y son varios los docentes del I.E.S. Celso Díaz que participaron en el taller de elaboración de microrrelatos que os ofrezco a continuación. DISFRUTAD DE ELLOS.
ESPERANDO
EL RECREO
ESPERANDO
EL RECREO
Ella llevaba toda la mañana
esperando el momento. Era su obsesión, su objetivo. No podía dejar de pensar en
él. Pasan las horas en clase sin atender al profesor pues sólo tiene la cabeza
puesta en él. Su figura…, su olor…, los
buenos momentos que pasarán juntos, aunque sean sólo unos segundos… Sabe que
sería mejor no verle, no tocarle. Todo lo que le enamora de él será lo que le
repudie después de su encuentro y tratará de sacarlo de su vida; y lo sacará,
seguro que lo sacará. Por la tarde llorará en su habitación porque sabe que es
él lo que sobra en su vida, que se arrancaría un cachito de su cuerpo y de su
alma para que jamás hubiera existido ni exista nunca. “¿Cómo puedo perder tanto
tiempo pensando en él si por su culpa soy un monstruo?”. Sus amigas le dicen
que no sea estúpida, que no pasa nada, que es normal que le guste, que lo desee.
Piensan que no debería comerse el coco y ser más feliz, dejarse de tonterías,
que está bien como está y con él se sentirá mejor. Pero ellas no le entienden,
ellas no se miran al espejo, no piensan en él como el juez que te pone la
condena a la vez que te regala la vida.
Se va acercando el momento, llegará
cuando acabe matemáticas. Saldrá corriendo de clase buscando su tortura. Puede
que se encuentren en el pasillo o en las escaleras, o quizás sea en el patio ya
que hoy no llueve. Sabe que aún podría evitarlo si se queda hablando de
tonterías con sus amigas, llenando la mente de música y chimes banales. Pero
sería inútil porque él siempre va a estar ahí y si huye de él aunque sólo sea
este recreo se volverá loca las clases que quedan y estará en el punto de
partida.
Se acabó, lo tiene decidido. Pasan
los eternos segundos uno a uno, la sesión más larga de su vida, igual que la de
ayer, igual que todos los días. Pero al fin suena el timbre. Coge la mochila y
sale disparada, cruza los pasillos, baja las escaleras, será en el patio. Sólo
quiere disfrutar del cielo unos segundos sin pensar que luego llegarán horas en
el infierno. Ya está en el patio, casi lo está tocando. Le entra un último
momento de duda pero ya es tarde para echarse atrás. Es el momento. Es suyo.
“Hoy es de tortilla. Voy a darme prisa, tengo que vomitar antes de que acabe el
recreo”.
Raúl Juan
(Educación Física)
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