lunes, 22 de abril de 2013

TALLER DE MICRORRELATOS: LOS PADRES DEL I.E.S. CELSO DÍAZ ESCRIBEN


El Proyecto de Innovación Educativa  "Microrrelatos curriculares" coordinado por Mª José Cano, profesora de Lengua y Literatura de nuestro centro, está abierto a profesores, alumnos y padres. Los relatos que se ofrecen a continuación son creación de estos últimos.
Desde la revista digital Paracelsos queremos hacer una llamada a todos lo padres que quieran participar en el taller de creación. Nos estamos reuniendo una vez al mes y la próxima cita está prevista para el miércoles, 8 de mayo, a las 17.00 horas en la Biblioteca del Edificio Orenzana.
ÁNIMAOS a participar.


AGUA Y HARINA

- ¿Por qué no te callas?- le dice el agua a la harina.- Te tendré que ahogar para poder transformarte.

- ¡Espera un poco, por favor!

- No, no, no, tu transformación debe ser espectacular, debo comenzar y no puedo parar. Mira, te tengo que sobar y cortar para poderte decorar. Por último y lo más bello, tengo que dejarte reposar para poderte dorar. Entonces, sólo entonces, te podrán admirar, comenzarás a viajar, todos te buscarán y te querrán comprar. Tú brillarás y deslumbrarás, dispuesta a dejarte llevar a otro lugar donde te volverán a transformar. Podrás ser la reina del lugar, presidirás la mesa nupcial, sin ti nadie podrá comenzar, tu presencia será primordial y siempre te nombrarán, sin parar, porque has sido y serás la reina del hogar.

                          Gloria Ezquerro Rodríguez

 
 
BON APETIT
Le regalaron unas bragas rojas por Navidad y su suerte cambió. Cada vez que Julia se las ponía, cocinaba unos suculentos manjares que eran elogiados por los paladares más exigentes. Se estaba haciendo rica y famosa, hasta que un golpe de viento las soltó del tendedero y Julia vio con terror que las pinzas no estaban sujetando nada en el patio exterior. De pronto, su vecina Pili montó un restaurante y la gente hacía largas colas para ir a comer. Entonces lo vio claro, se presentó en el local cuando más gente había y le dijo alto y claro:
-¡Devuélveme mis bragas ahora mismo!
Ante la mirada atónita de los clientes, la vecina le gritó:
-¡De eso nada, yo las he encontrado y son mías!
Al no ponerse de acuerdo, fueron a juicio y el juez Olmedo dictaminó que no serían para ninguna de las dos.
En la actualidad, Olmedo no ejerce de juez, es el cocinero personal de la Casa Real.

Sara Garrido Pascual
 
 
CONFESIONES DE CÓNCLAVE

Esta mañana he desayunado poco, he preferido salir a pasear por los jardines del monasterio. Ya entiendo el significado de “claustro”; así estoy yo, enclaustrado. Sí, con cuatro monjas cuarentonas y dos secretarios, pero enclaustrado. Y, por qué no decirlo en voz alta, encarcelado.
Quién me iba a decir entonces, en el cónclave, cuando llevaba diez partidas jugadas, que finalmente sería el campeón.
Qué difícil lo puso la pareja de cardenales de Guinea, ya estaban pensando en diseñar un nuevo traje o teñir de otro color el blanco solideo para que no destacara tanto con la piel, pero finalmente les vencimos.
La última partida contra mi pareja, el cardenal Dolan de Nueva York, fue mucho más fácil: no sacó ni un solo cinco y fue pan comido.
Ahora me viene a la memoria la razón de su mala suerte: “Desafortunado en el juego, afortunado en amores”.
 
Plumarrota
 

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?
Otra mañana en el bar de Manolo me dispongo a tomar mis porras con café sacudiendo la gabardina y el paraguas empapado por la lluvia.
Intento ordenar la jornada en mi mente pero un murmullo de fondo me impide la concentración. En tono elevado, uno de los clientes no para de charlatanear en contra de todo: que dónde vamos a parar con los precios del carburante, que los servicios públicos son un caos, que venga a pagar impuestos para que otros se aprovechen, que no hay forma de cobrar a los morosos, ya no hay seguridad en la ciudad. Lo de siempre.
Pago la cuenta y salgo a la vez que el crítico mañanero. Sin abandonar el bar, enciende un cigarrillo echando el humo a la cara a una chica, a la que no permite entrar en primer lugar, igual por falta de educación o total desconocimiento de las reglas básicas de urbanidad.
Una vez en la calle, un individuo con silla de ruedas tiene que hacer más maniobras que Fernando Alonso para salir de la gravilla porque un imponente coche alemán ocupa casi toda la acera. Algún cara dura que no se quería mojar. No tardo en comprobar que el charlatán crítico mañanero es el propietario del vehículo invasor de los derechos de personas que salvan obstáculos sin rechistar.
 
Plumarrota



¡SILENCIO!

¿Por qué no te callas? Me molestas con tu voz, despiertas a los niños y no me dejas descansar. Pocas veces dices algo interesante, tienes mucha tontería, es por eso que a veces prefiero andar sola y dar un paseo que estar contigo. ¡Silencio! Tu tiempo se está acabando ya. Déjame tranquila, no quiero verte más por hoy. Si no te callas tendré que apagarte yo, televisor.

 


Sara Garrido Pascual

 

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