Finalizamos esta tirada de microrrelatos con Susana Herce, profesora de Tecnología del Celso Díaz. Os gustará...
MI SEGUIDOR
Tanto
insistieron mis amigas que una tarde frente al ordenador decidí inscribirme.
Apareció el pájaro azul, tenía que rellenar mi perfil:
Primero, elegir
un nombre de usuario; no iba a complicarme en absoluto, mi nombre era una buena
elección.
Foto, todavía
no, sería un huevo por un tiempo.
Nada más acabar
el proceso empecé a seguir a todas mis amigas, amigos, conocidos y sobre todo a
Melendi, era lo que más me apetecía leer sus tuits y que no me
los contase siempre Elena, ¡que rabia me daba!
No recuerdo
como llegó la petición de “poramartetanto”, porque esa tarde me invadió una
frenética actividad leyendo todos los tuits de Melendi, las conversaciones que
habían tenido mis amigas a mis espaldas, en una palabra me puse al día y acepté
todos los seguidores con gran emoción y esa era mi canción preferida de
Melendi.
Su primer tuit
fue “Bienvenida, llevo mucho tiempo esperándote, por fin has llegado”. Curioseé
su perfil y me di cuenta de que solo me seguía a mí y que no aceptaba a ningún
seguidor. Mi cabeza intentaba seleccionar a la persona que podía ser pero,
¿¿Quien era “poramartetanto”?? ¿Otra loca de Melendi o algún admirador
secreto??
A partir de ese
momento recibí tuits de “poramartetanto”… todos los días. Empezaron siendo como
un pequeño detalle del día, pero a medida que pasaban las semanas esperaba con
anhelo el tuit. En alguna ocasión llegaba tarde, muy tarde y me entraba la duda
de si “poramartetanto” se había cansado de mí. Lo que más me sorprendía es que
siempre sabía que palabras enviarme, si estaba triste me animaba, si estaba
con exámenes me reforzaba, si había
tenido bronca en casa me consolaba, en definitiva conocía como me encontraba en
cada momento y sobre todo sabía darme el tuit que necesitaba.
Al principio le
envié tuits intentando sacarle información pero nunca contestaba a mis
preguntas, yo quería seguir leyendo sus tuits, que eran solo para mí. Así que
deje de preguntarme quien era y asumí que tenía un amigo invisible como cuando
era pequeña. Todavía lo tengo.
Lo que nunca sabré
es que “poramartetanto” está siempre cerca de mí y que cuando me llevaba en su
tripa ya me enviaba tuits a través de su
corazón.
Susana
Herce
(Tecnología)
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